Ayer me dijeron algo increíble que hoy que lo pienso me hace llorar un poco –de felicidad-. Me dijeron que este –el embarazo- es el único momento en el que alguien va a depender al 100% de mi. Me lo dijeron con prisas y hasta hoy es que lo pienso. Es cierto, totalmente cierto. Hoy no podrías vivir sin mí, te alimentas, respiras, te mueves, piensas, creces, maduras, etc. por mí y a través de mi. En pocos días, el día que nazcas a pesar de que dependerás de mi para muchas cosas, alguien más lo podrá hacer por nosotros… darte de comer –porque incluso podrías comer fórmula-, bañarte, ponerte tu ropa, moverte, calmarte, etc. Así que con tan sólo pensarlo empezaron a caer lágrimas de mis ojos. Hoy somos tú y yo y basta con que yo me cuide y me ande con cuidado para que los dos estemos bien.
Han sido 7 meses de completa felicidad, he aprendido a adaptarme, si no diario, cada semana a cosas distintas. A mareos, a exceso de sueño, a tranquilidad absoluta, al aumento de peso, a emociones encontradas, a una maternidad que empezó a surgir sin darme cuenta, a movimientos pequeños y ahora a movimientos grandes… de verdad, no sabes cómo te mueves, más cuando yo estoy tranquilita. Estas últimas dos semanas han sido semanas importantes, quizá porque ya estás grande (ya pesas casi kilo y medio) y todo se siente más, pero he sentido unas sensaciones que no son exactamente dolores o complicaciones pero sí es distinto a todo lo que había sentido antes. Tus movimientos son más bruscos, incluso hacen que toda mi panza por completo se desplace de un lugar a otro. Es la primera vez que esto me ocurre y que tengo vida dentro de mí, así que todo es novedad y paso de un poco de angustia preguntándome si todo será normal a asombro por todo lo que está pasando dentro de mi. Es realmente increíble. Y creo que los siguientes dos meses serán meses de asombro continuo y constante. Cada cosita que va sucediendo nos acera más a tu llegada. Hoy intentaré relajarme y pensar que esos movimientos y esas sensaciones son porque tú estás bien y creciendo, nada más te encargo que también te cuides y no te intentes salir ni presionar para abajo porque puede que saques por ahí una piernita ☺
Y es que junto con todos esos cambios, también viene el irnos a Miami, el poner a prueba esta gran aventura que papá y yo decidimos emprender con el fin de que en un futuro las puertas se abran más grandes para ti. Voy a estar lejos de casi todo lo conocido menos de papá y de ti, así que seguramente estaré yo un poco demandante tanto de su tiempo como de su espacio y visitaré este lugar más seguido de lo que hasta ahora.
Va a ser una experiencia padre, lejos del tumulto y los ruidos de la vida cotidiana, lejos de las distracciones lo cual nos permitirá estar cerca de nosotros mismos, y eso siempre es bueno. Ya quedamos papá y yo de platicar todo para así irnos adaptando a cada momento y poderlo disfrutar al máximo. Ya verás, vivir es increíble!