Pensando en qué escuela escogería si nos fuéramos a Miami, me acordé de cuando escogí escuela para Pedro cuando tenía 2 años… Pensaba que una escuela chiquita, sin muchas pretenciones, casera, en inglés sería buenísima para él… Lo alejaba del exceso de tecnología, lo protegía de las escuelas poco personales y a cambio obtenía mucha atención… luego me di cuenta que sí era así pero que el mundo al que pertenecía esta escuela no era tan personalizado y no le daban importancia a casos específicos o necesidades de algún niño en especial, eso aunado a que no pertenecíamos al mundo de la escuela nos hizo cambiar de opinión y por lo tanto de escuela… el inglés, la familia bilingüe y nuestro sueño americano pasó a estar en segundo nivel… Cuando pensé en qué escuela buscaría en mi mente estaba una sola palabra… donde fueras feliz! Si estaba lejos, cerca, chica, grande, moderna, tecnológica o demás no me era ni cerca de importante… Encontré por recomendaciones, intuición y oídas una escuela que se llama Kuruwi… hoy, 2 años después soy la más feliz, le han dado a mis hijos más de lo que yo pudiera enumerar, pero sobre todo me han devuelto la ilusión de que la educación es lo más bello de este mundo, el ver cómo se transforman unas personitas en seres congruentes, respetuosos, cuestionadores, solidarios es lo más padre… es ver cómo una planta así de compleja como lo es el ser humano con poquito riego florece! Gracias porque al buscar una escuela en donde Pedro fuera feliz también encontré un espacio donde yo soy muy feliz. Donde sin ser una escuela católica y llevar a los niños 1 vez por semana a misa en un uniforme de gala les enseñan más comunidad que en la iglesia, más compañerismo que en una clase de scouts, más solidaridad que en misiones, más herramientas para la vida y sus retos que en muchas universidades y familias… Hoy me doy cuenta como dos personitas de 3 y 5 años de edad pueden resolver un conflicto, pueden cuestionarse, pueden observar y emitir opiniones, pueden ser compasivos, pueden crear lazos fuertes… hoy me siento la más feliz y orgullosa por haber tomado una de las mejores decisiones de mi vida. Gracias Kuruwi!