Quizá la palabra es nueva, o se usa a partir de entrado el Siglo XXI, pero niños y adultos molestones existen desde que, bueno, los niños existen.
Ya sea por envidias, como ejemplo, por competencia, por sentimiento de superioridad, por complejos, por faltas en el autoestima o lo que sea, aparentemente el ser humano tiene la terrible necesidad de hacer daño, no por el propio daño sino por un tema propio de lo que esta supuesta acción nos provoca, erróneamente, una satisfacción, pero en el fondo, será dolor y culpa acumulada.
Y como papá es difícil ver que alguien molesta a tu hijo, genera una sensación de impotencia y ganas casi casi de meterse a arreglar el tema. Pero en vez de eso hay que enseñar a los hijos a defenderse, a sacar de lo malo algo bueno, a que entiendan, etc. Pero cuando tu hijo es el bullie es difícil, primero aceptar, segundo ver cómo corregir pero más importante entender por qué pasa lo que pasa…
Ahora, cuando tienes dos hijos y uno bullea que el otro, ufff. Quizá siempre pasa eso, el grande aprovechándose y molestando al chico… Ley de la naturaleza, pero es feo. Porque hay que entender por qué uno molesta al otro, por qué uno se deja molestar por el otro, por qué se activa la situación, qué “ganancias” adquieren por hacerlo ambas partes, qué consecuencias a corto, mediano y largo plazo tiene todo esto, etc. Pero es horrible!
Tomás descubrió una película “Angela!” que además de que la historia es triste y dramática sale un niño que molesta mucho a su hermana, de una manera fea… y cuando lo veo, en mi mente catastrófica pienso en Pedro molestando a Tomás. Sé que no es así tal cuál, pero me choca ver que se pelean… Pero también pienso que no debo de hacer un mega deal al respecto pues al final del día que eso suceda los hará crecer y madurar, con la moderación adecuada. Ley de la vida, también.
En mi caso personal que mi mamá hiciera tan big deal de nuestros pleitos y diferencias y que se pusiera ella como protagonista y víctima del asunto hizo que las heridas, daños y consecuencias, fueran mucho más terribles de lo que tomar las cosas con mejor filosofía hubiera provocado