No hemos logrado dejar de extrañar ni un solo día… Y al final de este año escolar la cosa se puso aún más complicada… Supongo que al terminar esta etapa en sus cabezas algo inconsciente les dijo que era un fin y que el regreso a México estaba por empezar.
Les pregunté que qué querían cenar… Tengo ganas de Arrachera! Y ahí empezó todo… porque fue seguido de “Tengo ganas de México”… “Sabes por qué me gusta más México?”…
Recuerdo aquella vez en el coche, dando la vuelta para entrar a la 95 yo mega embarazada de Tomás y Pedro llorando porque quería regresar a México, no quería estar en Miami, extrañaba su coche rojo, y quería llorar…. Recuerdo que mientras lo escuchaba lloraba yo sin poderle dar la cara y me invadía un sentimiento de culpa terrible.
En esta ocasión creo que me dio culpa verlos tristes antes de venirnos acá, y ahora cuando me dicen esas cosas, me da un poco de tristeza pero sé que la vida de familia que llevamos hoy por hoy aquí es mucho mejor que la que teníamos allá y eso me hace sentirme mucho mejor!