Algo de lo que extraño mucho de México es la facilidad que teníamos de tener una vida afuera en la casa. Desde comer al aire libre en la terraza o hacer algo en el asador hasta que la bici, la moto, el patin, el cochecito, los columpios, etc. todo estaba ahí a la mano… Por supuesto que ahora tenemos otras cosas padres pero nunca pensé que extrañaría tanto eso.
Y no sólo nos afecta a nosotros, también le afecta a papá quien después de año y medio sigue sin poder usar su moto.
Según yo le iba a ayudar antes de que naciera Simón, y ya nació y seguimos sin poder arreglarlo. En fin, ahora le pidieron que guardara una moto de un banquero así que ha podido tener una probadita.
El otro día Paco y papá se los llevaron a tomar un helado en las motos jaja, travesura con la que yo no estoy de acuerdo jaja pero se la pasaron bomba!