Después de 9 meses de estar bastante encerrados y tener miedo a convivir con otros y volar en avión, nos atrevimos. Fuimos a Quincy por primera vez a conocer la casa de Mariana y a visitar a nuestros amigos que tanto extrañábamos ya.
En el vuelo íbamos con careta, tapabocas, gel, etc. Principalmente íbamos con miedo. Llegamos con bien después de tomar un segundo vuelo con solo 7 pasajeros.
La pasamos padre, no hay gran cosa qué hacer. Salimos a caminar, tomamos fotos, cocinamos, vimos películas en su cine y tuvimos la fortuna de que nos nevara y hasta snow angels hicimos.
Y aunque estar en casa de gente no es fácil, nos sentimos queridos.