Desde que llegamos a Miami los empezamos a llevar con nuestro dentista. Se supone que es bueno. Pero tiene un problema. Es de adultos. Tiene CERO conocimiento de la psicología infantil y lo que los niños necesitan.
Él nos recomendó un dentista infantil para llevar a Tomás para que le retiraran un diente que le salió de más. Curiosamente Pedro tiene unas muelas de menos y Tomás un diente de más.
Fuimos y vimos la luz al final del túnel. Después de que les chocaba ir al dentista, la limpieza no pero cualquier otra cosa si, llegamos con un dentista mega apapachador que tiene paredes llenas de Mickey y les regala juguetes. Hasta a Simón le tocó limpieza, y aunque no fue feliz, salimos todos contentos de encontrar una mejor opción!
Tomás fue todo un campeón cuando le quitaron sus dientes. Le pusieron Laughing Gas y ni sintió, y además le dieron paleta helada!