En una de esas salidas en bici durante el viaje de fin de año fuimos a andar a International Drive. Y de pronto, vimos unas mega sillas voladoras que subían miles de metros y daban vuelta a toda velocidad. Yo desde el principio dije que no sabía si me quería subir jaja, era riesgoso, mareador y aventado. Pero tú y papá se quisieron subir. Jajaja hubieran visto la cara de papá la bajar. Estaba pálido y tú te querías subir de nuevo. Tomás y yo muy inteligentes mientras ustedes volaban, nos comimos un helado!