Pocas veces me he detenido a pensar todo por lo que has pasado en relación a la salud. Perdóname. Perdóname porque el psicoanálisis me ha enseñado que mucho fue por carencias y miedos de mios y de papá.
Naciste chiquitito, tenías miedo, eras tímido, sensible, lloróncito, te llevamos ala acupuntura, a la física cuántica, al nefrólogo, al gastroenterólogo, etc. Tomaste citratos, te nebulizábamos desde antes de que cumplieras un año, te ponían frasquitos o cenizas, etc.
Sabíamos que eras chaparrito, pero cuando llegamos a Estados Unidos se empezó a volver más evidente. Nos mandaron con el Endocrinólogo pues casi no aparecías en la gráfica de crecimiento y tus compañeros eran más altos que tú por más de una cabeza.
Y empezaron los estudios de nuevo, unos de respirar, unos de correr, unos de hacerte desmayar, radiografías y otros aún peor de quedarte toda una noche en el hospital mientras te median miles de cosas en la cabeza. El miedo, violación a tu cuerpo, a tus decisiones ha sido algo dificil.
Hemos pasado de que te diagnostiquen con Asperguer, o nos digan que puede que tengas Fibrosis a que sea un problema de astha y hormona de crecimiento. Pero el proceso ha sido duro. Perdoname de nuevo. Yo quisiera que todo esto no hubiera pasado, que no sufrieras. Y por todo lo anterior entiendo que tengas pánico a los doctores.
Pero debo de reconocer lo fuerte y maduro e increíble que eres. Hoy por hoy te inyectamos diario hormona de crecimiento y hemos visto los resultados. Después de que Tomás ya te había pasado, hoy por hoy eres ¼ de pulgada más alto que él y ya apareces en la gráfica. Te admiro muchísimo porque eres fuerte, resiliente y tienes un hambre por vivir, por hacer y por conquistar el mundo a bocanadas. Te amo infinitamente mi hijo grande!