Desde que nos venimos a vivir a Estados Unidos empezaste a tener episodios de angustia y de pronto te ensuciabas un poco de popo. Pasamos de que casi no pasara a que pasara un poco más seguido y luego se quitaba y regresaba. Pero pasaban los años y seguía apareciendo el síntoma. Veíamos como te costaba trabajo y sufrías y nosotros no estábamos pudiendo ayudarte. Así que te ofrecimos ir a una terapia y aceptaste.
Llevas poco más de un mes. Y te gusta. Haces experimentos, juegas y pintas con Fer. Te sientes cómodo pues papá y yo también tomamos terapia. Espero te ayude. A mi me ha cambiado la vida. Creo que la terapia es un regalo para todos!