Teníamos pensado que fueras a la escuela hasta que cumplieras 2.5, más que nada porque empezaba el año escolar, porque tenía ganas de estar más contigo a solas y porque parecía lo adecuado.
Pero todas las mañanas que nos íbamos con Pedro a la escuela llorabas que no te querías quedar, te ponías una mochila y zapatos tú solito y estabas listo para emprender una nueva etapa.
Así que pregunté y era el momento. Entraste, llegaste muy seguro el primer día! Y ohhh no!!! El segundo día fue terrible y así lloraste las primeras semanas, entrabas triste pero salías feliz.
Es impresionante lo rápido que pasa el tiempo, ya eres grande mi amorcito y yo quiero aprovechar cada instante para disfrutarlos así chiquitos, grandes también, pero grandes serán mucho tiempo, y chicos no tanto!
Me hacen muy muy feliz!