De pronto, un día, dejaste de comer. Te dejó de gustar. Ya no querías nada y todo te daba asco. Te arqueabas y no querías ni probar.
Como con el segundo ya todo es más fácil no me angustié tanto. Me lo propuse y papá y yo te dábamos de comer casi a la fuerza. Escondíamos la comida y así lo hemos estado haciendo. Espero no pagar esos estragos después jaja
Pero el huevito es todo un tema.
Como no te encanta comer carne o proteína el huevo es y será siempre lo más fácil. Pero también lo de textura más complicada.
Así que lo mezclamos con frijoles los cuales te encantan.
Pero me muero de la risa cuando cada bocado me vez con ojos que escrutinan y me preguntas “No tiene huevito?”, “No” y das el bocado, y así uno por uno pero cuando si tiene, te enojas y dices “Si tenia huevito”. Jajaja ya lo he dicho más de una vez, chiquitos pero muy inteligentes.
Te amo!